La tinderización del consumidor

Las relaciones con las marcas se parecen a las relaciones amorosas de la última década, ya nadie se casa con UNA marca, y por lo contrario, prefieren mantener “conversaciones” simultáneas con varias empresas que le gusten. ¿fidelidad? qué es eso. Hay más variedad, más oportunidades y, sobre todo: hay amor de sobra, eso sí, ya no dura como antes. ¿ Qué es la tinderización del consumidor?
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¿Qué son los matches en Tinder?
Tanto Tinder, al igual que la mayoría de las app de citas, funcionan de la siguiente manera: tenemos una galería de prospectos ( personas) con fotos y datos, en caso de interesarnos podemos dar like ( me gusta) de lo contrario deslizamos para la izquierda y seguimos mirando. Cuando el interés es muto, es decir: me gusta y le gusto, se generar un match, inmediatamente se habilita el chat con esa persona, ahora bien ¿Cuántos matches podemos generar? pues es ilimitado, digamos que tenemos un listado calificado de leads con los que podemos charlar de forma simultanea, claro.

El chat como iniciador de relaciones
Las conversaciones en redes sociales son parte de nuestra cotidianidad, podemos estar charlando de forma simultánea con un sin fin de personas, de cualquier lugar del mundo y en diferentes idiomas. Si lo llevamos al plano de las relaciones amorosas, podríamos decir que las redes sociales son las iniciadoras de casi la totalidad de las relaciones en el siglo XXI, ya sea permanentes como pasajeras. Este carácter de liquidez en las relaciones, concepto que nos trajo el sociólogo Zygmunt Bauman, por si no están en el tema:

Amor líquido
Bauman, fue un sociólogo que presentó el concepto “modernidad líquida”, para definir el estado actual de nuestra sociedad. Comparto un párrafo de Universita.net que resume el concepto de una forma muy sencilla:
“La metáfora de la liquidez intenta demostrar la inconsistencia de las relaciones humanas en diferentes ámbitos, como en lo afectivo y en lo laboral. Las redes sociales juegan su parte en ello, ya que nos permiten conectarnos con todos, pero a la vez desconectarnos cuando queramos: un clic representa un muro o un puente en las relaciones humanas“
En este sentido, encajo esa relación entre los consumidores y las marcas, un amor líquido que, como tal, puede desvanecerse en cuestión de segundos. Y es que hoy tenemos menos interés en conservar las relaciones y más curiosidad en probar nuevas experiencias. Por eso estamos atentos a la conquista de las marcas por conseguir nuestro amor. No tenemos problema en comprar X producto con una marca y luego irnos con otra, no nos casamos con nadie; buscamos nuestro beneficio personal.
¿Entender la tinderización es obligación para las marcas?
Hoy las marcas se pelean por ofrecernos todo porque saben que no están solas, que como Tinder o cualquier aplicación de citas, pertenecen a una lista de matchs cualificados. Muchas empresas son conscientes de esta tinderización y saben que no son las únicas que están dispuesta a conquistarnos y que, ante la mínima falla, las descartamos, sin pudor. Borrón y cuenta nueva, acá nadie se queda esperando al príncipe azul, ese joven en un corcel blanco que solo pasaba una vez en la vida. En el siglo XXI, los príncipes y las princesas pasan todos los días, pero no a caballo; usan Tinder, Instagram, Facebook, Twitter; bueno ya saben…
La tinderización del consumidor nos lleva a preguntarnos ¿Qué necesitan las marcas en el siglo XXI para conseguir la solidez de nuestras relaciones?
